El Camino de Santiago en Bicicleta

Día segundo: El Canal de Castilla

Salimos hacia las nueve, esta vez ambos en la bicicleta. Hace fresco y me duelen las rodillas, pero puedo pedalear y voy calentando poco a poco. Paramos a ver la colegiata de Cervatos, precioso ejemplo del Románico, con sus esculturas eróticas en el exterior. Me cuenta Fernando que es como un libro abierto, en el que lo pagano se muestra en el exterior, y lo divino en el interior. Seguimos pedaleando por los hermosos valles de Campoo. La carretera cómoda, ya que el tráfico va por la autovía paralela. La subida al puerto de Pozazal es suave. Nos adelantan dos cicloturistas que van a Carrión. Luego les veríamos varias veces durante la etapa.

Al salir de Cantabria entramos en Palencia y allí encontramos el infierno. Un terrible accidente en las obras de la autovía, con un camión que había arrollado a 10 coches que esperaban en caravana. No habían llegado aún las asistencias. Los heridos lloran, algunos atrapados en los coches. Un niño que tiene a su hermana llorando en brazos nos pide agua para ella. Hay mucha gente atendiendo, por lo que más bien somos un estorbo y decidimos seguir, eso sí, con el corazón aprisionado por la tristeza. Se ha formado una gran caravana de coches de varios kilómetros, y al pasar pedaleando nos preguntan qué ha pasado.

La carretera tiene ahora tráfico denso y es desagradable. Pasamos Aguilar de Campoo y disminuye el tráfico. Paramos el Olleros a tomar un bocadillo y ver la hermosa ermita rupestre, excavada en la roca viva, tratando así de olvidar las imágenes que habíamos presenciado poco antes. Están allí los cicloturistas pero no comentamos el accidente. Nos ha dolido demasiado.

Flecha Amarilla La vía verde del Canal de Castilla que transcurre por las riberas cuajadas de vegetación

Comemos en Alar del Rey, inicio de la vía verde del Canal de Castilla. Por fin podemos abandonar la carretera. La vía verde está mal señalizada y tomamos un camino equivocado, lleno de zarzas, muy lento, y avanzamos despacio, con mucho calor. El canal está precioso, lleno de vegetación en las riberas, aves acuáticas de vez en cuando, y campos de cultivo alrededor. En el primer puente tomamos el buen camino y avanzamos ahora más cómodos.

Al llegar a Herrera de Pisuerga decidimos parar para aprovechar que hay un camping. A mí me viene bien pues me siguen doliendo las rodillas. Son casi las cuatro de la tarde y hemos cubierto 62 kilómetros. Ha sido una etapa de descanso.

Flecha Amarilla Nuestra tienda de 1,5 kilos en el camping de Herrera de Pisuerga


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