1 CARACTERÍSTICAS

Para efectuar una correcta fotointerpretación hay que tener en cuenta algunas características de los elementos que aparecen en la fotografía:

1.1 El tamaño de los objetos

Es una de las características más útiles para la identificación de los elementos de una fotografía. El tamaño relativo de un objeto puede determinarse visualmente, en comparación con otros objetos próximos ya identificados, o derivando su tamaño real mediante la escala de la fotografía.

  • En el primer caso puede servir para distinguir objetos con formas similares (por ejemplo, entre un camino y una carretera); puede ayudarse de la observación de vehículos en la vía, yaque es posible deducir el ancho de la vía (por ejemplo, una carretera de cuatro carriles) comparándola con el espacio ocupado por un automóvil).

  • Midiendo el diámetro de las copas de los árboles se pueden distinguir especies (pinos frente a frondosas) y, teniendo en cuenta el orden de magnitud del objeto analizado, se pueden descartar alternativas por la imposibilidad de que alcancen ciertas dimensiones (por ejemplo, un campo de deportes de medio kilómetro de lado). En el caso de vías de comunicación, la obtención del ancho de esa infraestructura puede ayudar además a plantear su categoría (desde un camino hasta una autopista). La distancia que separa unos árboles de otros puede servir para separar bosques de plantaciones, e incluso el tipo de especie.

Además, pueden realizarse identificaciones indirectas, como por ejemplo, el uso de sombras para deducir la altura de los árboles. Las sombras facilitan una visión tridimensional de la imagen y permiten además apreciar y reconocer elementos no observables desde el plano horizontal, como por ejemplo molinos de viento o viaductos, más fácilmente reconocibles por su sombra que por su forma. Algunos objetos con forma vertical tienen sombras tan características que fácilmente identificables gracias a ellas: torres de iglesias, silos, columnas de líneas eléctricas, chimeneas de fábricas, etc. En algunos casos, cuando las sombras caen sobre superficies planas, se pueden descubrir detalles minuciosos, entre los que se destaca el número de arcos y forma de los puentes. También la sombra es valioso auxiliar para la identificación de árboles, por lo menos en grupos: abetos, palmeras, álamos, etc., que dan sombras típicas. La distinta anchura de las sombras en las dos fotografías de un par puede indicar el relieve que las oculta, ya que debieran ser ambas sombras de lá misma anchura. Pero hay que cuidar el examen de las sombras en objetos que no se unen directamente al suelo, sino que aparecen flotantes, con muy difícil visión estereoscópica, como lo son los depósitos elevados sobre columnas de sustentación o las molinetas.

Finalmente, hay que tener en cuenta, no obstante, que los vuelos fotográficos se realizan en épocas del año horas del día que maximizan la altura del sol, por lo que las sombras suelen ser cortas; en restitución fotográfica es preferible que no haya sombras para que no perturben la odentificación de objetos oculten el suelo.

1.2 La forma

La forma o silueta de los objetos en la fotografía es la característica que sirve de una manera más directa para la identificación de objetos, porque al ser mínima la deformación de la imagen, es posible establecer una relación casi directa con la forma de los objetos reales. Por ejemplo, es relativamente fácil distinguir elementos humanos de los naturales gracias a la forma:

  • En general, los elementos humanos tienden a poseer figuras geométricas: líneas, cuadrados, círculos (como las carreteras, los cultivos, las casas, los barrios, los polígonos industriales…).

  • Los elementos naturales tienden a tener formas más irregulares (como los ríos, las montañas…).

Más aún, la forma puede ser la única evidencia que ayude a la identificación de algunos elementos que a veces no se advierten sobre el propio terreno: lindes antiguas, caminos y edificaciones desaparecidos. Este es el caso de las centuriaciones romanas. El parcelario minifundista del norte de Galicia consiste en una retícula que es el resultado de dividir en parcelas predios de mayor tamaño, de forma cuadrada y con una extensión aproximada de unas 3,82 ha; los límites de esos antiguos predios sirven ahora como camino. El origen de este parcelario podría remontarse a época romana o medieval

Figura 1: Parcelario en Caión (Mañón)

Fuente: https://arqueotoponimia.blogspot.com/2020/05/centuriaciones-castrenas-en-ortigueira.html

1.3 Tono y color

La variación del tono y el color son importantes a la hora de ayudar a reconocer ciertos objetos, aunque inicialmente debe tener en cuenta la diferencia entre las colecciones en blanco y negro y colecciones en color. En cualquier caso, esas variaciones son el resultado de la capacidad de reflexión de la luz solar de los diferentes objetos.

1.3.1 Imágenes en blanco y negro.

Las distintas gamas de gris son los que ayudan en las imágenes en blanco y negro. Pero hay que tener en cuenta una serie de precauciones, ya que hay factores que pueden hacer variar el tono de gris de un mismo objeto, por ejemplo la posición del objeto respecto al sol y a la plataforma que toma las fotografías, así como la calidad de la cámara y la estructura de su superficie. Por ejemplo, una superficie muy rugosa contiene múltiples facetas que reflejan la luz y aparecen más claras que otra similar, pero con la superficie lisa (zonas blancas en las superficies de agua); por ejemplo, una pista en la arena es más oscura que los montones irregulares que la rodean. Esto determina también que las zonas arenosas sean más claras que las encharcadas, aparte del tono más claro que tienen siempre las tierras secas en comparación con las húmedas.

La claridad de la atmósfera altera los tonos, sobre todo por columnas de humo o neblina. Las sombras también tienen un efecto sobre las imágenes, que consiste no sólo en el oscurecimiento de las superficie adyacentes a muros, árboles, edificios o incluso nubes. Por ejemplo, un cereal alto, ya seco y amarillo, aparece más oscuro que otro bajo aún verde, porque arroja más sombras sobre el suelo.

También merece la pena señalar que superficies con colores distintos y, por lo tanto, fácilmente distinguibles en la realidad, por ejemplo, el rojo y verde, aparecen en una fotografía en blanco y negro en tonos de gris parecidos. Por esta razón, un campo cubierto por hierba siempre aparece más oscuro que el suelo desnudo, aunque éste sea también oscuro.

En el caso de la imagen 2:

  • La nieve, las nubes y la arena (regiones areanosas del desierto o “Ergs”) suelen aparecer con claros.

  • Las áreas con rocas como las calizas, las areniscas, al igual que la vegetación dispersa del Sahel o el lago Tchad (que es poco profundo) presentan un color grisáceo.

  • Los tonos más oscuros corresponden a rocas de carácter volcánico (Macizo del Hoggar), la vegetación densa (la selva), lagos (Victoria) y mares profundos (Mar Rojo, Mediterráneo, Atlántico) y en general, las áreas con mucha humedad.

Figura 2: Imagen del canal visible del Meteosat

En las imágenes en color la fotointerpretación suele resultar más sencilla puesto que los colores son similares a los de la realidad (aunque algunos elementos como los ríos cambian ligeramente de color). Ejemplos:

Figura 3: Colores de diferentes superficies

Fuente: https://biogeografia.net/fotografia05.html. Imágenes del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.

1.4 Textura

Es otro factor clave en la fotointerpretación, representa la frecuencia de cambio de tonalidad en la fotografía. El granulado, la rugosidad, la suavidad, el lineado, el bandeado, el jaspeado, el moteado… permiten diferenciar elementos que a priori parecen ser parecidos dentro de la imagen, por ejemplo, un bosque adulto presenta una textura gruesa, mientras que un bosque joven presenta una textura más fina. Además, una textura moteada indica diferencias de humedad, porosidad y contenido orgánico en la roca.

1.5 Entorno

Muchos elementos que aparecen en la foto se deducen o se intuyen observando el entorno en el que están ubicados. Por ejemplo, algunos ríos con poco caudal no pueden verse en la fotografía, pero pueden deducirse que existen por la orografía en la que se encuadran o al ver la vegetación de ribera que los cubren o los rodea.

1.6 Fecha.

Conviene leer el día y hora en que se hicieron las fotografías, primeramente, por conocer la estación del año en que se hallaba la zona estudiada, para admitir unas hipótesis y desechar otras. Destaca entre éstas la vegetación existente y la fase en que pueden hallarse los cultivos.

Un dato muy notable es la nieve, pues aunque no suele volarse sobre terrenos totalmente cubiertos, los restos de nieve indican siempre zonas más sombrías y más secas; para determinar detalles de poco relieve es utilísimo fotografiarlos con una pequeña capa uniforme de nieve, pues se eliminan las demás causas de tonos distintos.

La hora es elemento útil para la orientación de las fotos y, si es preciso, en unión con el día, para utilizar las sombras para medir dimensiones verticales.

La fecha puede servir en el caso de estudios de geografía humana, pues las actividades son distintas en días de trabajo y días festivos; por ejemplo, en el estudio del tráfico en ciudades y carreteras. Aunque sea episódico, es curioso el aspecto de pueblo pequeños en sus días de fiesta (muy corriente el 15 de agosto en Castilla).

Cuando se fotointerpreta es necesario clasificar el territorio e identificar todos los elementos de la fotografía. Pero antes, es importante diferenciar los elementos humanos de los elementos naturales para poder tener una clasificación rápida de todo lo que aparece en la fotografía.

Figura X: ortofoto

Diferenciar los elementos humanos de los naturales suele ser una tarea sencilla (con experiencia, casi instintiva).

  • Los elementos humanos son fáciles de identificar (núcleos de población, carreteras, líneas de ferrocarril, industrias, campos de cultivos…), generalmente se caracterizan por su uniformidad y sus formas regulares, casi perfectas (líneas, cuadrados, círculos).

  • Los elementos naturales suelen ser más complejos (ríos, montañas, bosques…), y se diferencian rápidamente de los elementos humanos por sus formas irregulares.

Figura X: Espacios urbanos y naturales

Una vez que ya se han identificado los elementos humanos y naturales en la fotografía, el siguiente paso consiste en cartografiar todos los componentes de la foto. Normalmente, se empieza, delimitando todos los elementos que aparecen en la imagen que hayan sido construidos o realizados por el ser humano (puesto que es la tarea más sencilla). En este paso, el o la fotointérprete deberá marcar (generalmente con color rojo) todos los núcleos de población y todas las redes de comunicación (carreteras, líneas de ferrocarril, caminos…) que aparecen en la imagen. Después, se marcan todos los elementos hidrológicos (ríos, embalses, lagos, costas…), normalmente en color azul. Éste es un paso muy importante puesto que ayuda a comprender el relieve de la fotografía.

Figura X: Superficies acuáticas

El siguiente paso consiste en identificar los grandes grupos litológicos y las principales formas de relieve de la imagen, usando colores y tramas estándar.

Figura X: Materiales

Finalmente, se cartografía la vegetación y todos los usos del suelo que aparecen en la fotografía. Al igual que en el mapa geológico, el mapa de usos del suelo debe cubrir toda la imagen.

Figura X: ortofoto