Los paisajes se podrían comparar con un archivo: en él quedan registradas las huellas de las relaciones que, en el territorio, se han ido produciendo entre los seres humanos y la naturaleza.
A través de los paisajes se pueden conocer las características naturales de un lugar y, al mismo tiempo, deducir el modelo económico imperante en cada etapa, así como la cultura territorial con la que las sociedades han transformado su entorno. Teniendo en cuenta que todos esos aspectos varían a lo largo del tiempo, los paisajes también lo hacen. De hecho, los paisajes españoles han experimentado profundas transformaciones a lo largo del siglo XX.
En la fotografía aérea aparecen los elementos del paisaje con el aspecto que tenía en el momento en que se realizó la toma. Dependiendo de ese momento, es posible reconocer en los fotogramos, con diferente grado de nitidez, esas huellas de formas de organización y usos del territorio que, por un lado, no tienen relación con el proceso que las generó, o en otros casos, ya no existen.
En el caso español las principales transformaciones territoriales se produjeron a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, simultáneas al proceso conocido como Desarrollismo. La principal causa es el tránsito desde un modelo económico basado en el sector primario, a otro en el que predomina el sector terciario. Tanto la evolución de la población urbana, como la de la población ocupada por sectores ilustran este proceso de cambio.
Evolución del porcentaje de población rural y urbana en España
A comienzos del siglo XX, 2/3 de los trabajadores ocupados trabajaban en el sector primario (agricultura, ganadería, pesca y explotación forestal).
Hacia 1970, el sector predominante era el secundario: casi un 40% de la población estaba ocupada en la industria.
Desde los años 80 hasta la actualidad los servicios se convierten en predominantes: el 65 % del empleo y de la riqueza producida se obtienen precisamente del sector terciario, en el que destaca la actividad turística.
Evolución de la población activa ocupada por sectores de actividad en España
Las transformaciones territoriales recientes, derivadas de ese cambio de modelo económico, tienen en España diferentes características según las áreas, y se pueden resumir:
Como ejemplos de la transformación de las grandes ciudades, los ejemplos de las ciudades de Valencia y Bilbao ejemplifican los profundos cambios que han experimentado algunas ciudades españolas.
Los ejemplos de Benidorm, Maspalomas (Gran Canaria) o Laredo permite observar las transformaciones territoriales inducidas por la actividad turística en el litoral.
En paralelo, en las áreas próximas a los núcleos urbanos, y a los centros de producción, se localizan buena parte de los cambios territoriales más significativos: prácticamente el 70% de las nuevas superficies artificiales que han surgido en España entre 1987 y 2000, se han desarrollado sobre antiguos suelos dedicados a la producción agraria. Los procesos más significativos:
Los crecimientos residenciales. Por ejemplo, el corredor del Henares ilustra la formación de un continuo urbano-industrial, vinculado a su renta de posición con respecto a Madrid, o Seseña en el límite entre las provincias de Madrid y de Toledo, Zaratán en Valladolid o Cueto en Santander.
La construcción de infraestructuras (autovías, autopistas, etc.), por ejemplo las relacionadas con el AVE, aeropuertos (Málaga, Palma de Mallorca), puertos (Gijón, La Coruña).
Los nuevos equipamientos de ocio (parques temáticos, como Cabárceno, Parque Warner, Port Aventura).
El ámbito rural ha sido profundamento afectado por estos procesos, con efectos en algunos casos contrapuestos:
En zonas de montaña, el abandono de las actividades tradicionales ha supuesto una recolonización progresiva de la vegetación natural.
En otros lugares, las superficies abandonadas se han sustituido por nuevos paisajes forestales, en algunos casos resultado de las políticas de repoblación a partir de la segunda mitad del siglo pasado.
Finalmente, el abandono también puede haber servido para proteger algunos paisajes, que conservaron buena parte de sus valores naturales, conformando el patrimonio natural y cultural.
La sustitución de policultivos tradicionales por monocultivos (pastos para producción láctea o cárnica, pe. en el N de España).
La expansión del regadío, particularmente en antiguos secanos cerealistas.
La aparición de cultivos intensivos basados en nuevas tecnologías (pe. invernaderos).
Desde el punto de vista territorial, un indicador de estas transformaciones es el proceso de artificialización del suelo, es decir, la superficie del territorio natural o agraria- que ha sido transformada para instalar en ella usos residenciales, comerciales, industriales, equipamientos públicos o diferentes infraestructuras. Este proceso se ha incrementado significativamente en las últimas décadas. Aunque se ha producido de forma generalizada en toda España, resulta especialmente significativo en la costa mediterránea y en el área metropolitana de Madrid.
Evolución de la superficie artificial en España según tipo de aglomeración urbana (1987- 2000-2011)
Fuente. Olazabal, Eduardo & Bellet, Carme. (2018). Procesos de urbanización y artificialización del suelo en las aglomeraciones urbanas españolas (1987-2011). Cuadernos Geográficos de la Universidad de Granada. 57. 189-210. 10.30827/cuadgeo.v57i2.5920.
Esta dinámica reciente no se explica tanto por razones demográficas, como por la importancia que, en un contexto de fuerte desarrollo económico, ha tenido el sector de la construcción en la economía española, activado por la creación de nuevos desarrollos urbanos (muchos de ellos dispersos), equipamientos e infraestructuras, así como por la actividad turística. El modelo territorial actual se caracteriza por la dispersión de las actividades y la población, lo que implica
La fotografía aérea resulta de utilidad para analizar un buen número de las citadas tranformaciones espaciales. En las siguientes líneas se hace referencia a algunos ejemplos, para lo cual se utilizará como herramienta los vuelos disponibles en el comparador histórico (Comparador histórico del PNOA y la fototeca del PNOA Fototeca digital
Las series de fotografías aéreas más interesante para el análisis de la organización territorial previa a esas transformaciones (los paisajes históricos) son los dos vuelos generales realizados en los años 1945-1946 (Serie A) y 1956-1957 (Serie B), conocidos como vuelos americanos. Existen otros vuelos previos, pero en la mayoría de los casos tienen un interés regional. Con estos vuelos se puede conocer cómo era la organización histórica del territorio, ya que son cronológicamente simultáneos al comienzo de esas transformaciones. En esta organización histórica se superponen estructuras procedentes de muy diversas épocas, por ejemplo herencias romanas (parcelario, vías de comunicación, minería, etc.), medievales (asentamientos urbanos abandonados, caminos, cañadas ganaderas, obras hidráulicas, parcelaciones … ) junto a otras procedetnes de la Edad Moderna (canales y obras de regadío, presas, roturaciones, puertos marítimos … ) o de los siglos XIX y primera mitad del XX (obras hidráulicas, puertos, aeródromos y aeropuertos, ferrocarriles y carreteras, minería, industrialización, etc.). Para documentar la evolución del territorio en la segunda mitad del S. XX y hasta la actualidad, el soporte básico para el análisis de todo el territorio nacional lo constituyen los siguientes vuelos:
El vuelo Americano Serie C (1967-1968), realizado por el Army Map Service (B/N, escala 1:45000).
El vuelo Interministerial, realizado entre 1973-1986 por encargo de los Ministerios de Agricultura, Defensa, Hacienda, y del antiguo Instituto Geográfico y Catastral (actual IGN; escala de vuelo 1:18000).
El vuelo Nacional, realizado entre 1980 y 1986 por encargo del antiguo Instituto Geográfico y Catastral (actual IGN; B/N, escala 1:30000).
El vuelo de Costas, entre 1989 y 1991, ya en color, y con una escala de vuelo de 1:5000.
El vuelo Quinquenal, realizado por encargo del IGN entre 1998 y 2003, con fotogramas en color y en blanco y negro, y una escala de 1:40.000.
Los diferentes vuelos del PNOA (prácticamente anuales entre 2004 y 2022).
La utilidad de la fotografía aérea en en análisis de la evolución reciente de los espacios naturales está condicionada por el ritmo de evolución de los fenómenos naturales, que en muchos casos excede el lapso de tiempo existente entre las primeras imágenes y la actualidad. La mayoría de las transformaciones se observan en fenómenos de ciclo corto, en numerosos casos ligados a la mano del hombre (dinámica de vertientes, intervención en los cauces fluviales, cambios en el paisaje vegetal al disminuir la presión sobre ellos). Mención particular son los espacios naturales sometidos a una presión humana que ha tratado de convertirlos en espacios humanizados (agrarios, turísticos etc.). Estas transformaciones tuvieron éxito en algunos casos, llegando a desaparecer completamente, por lo que la fotografía aérea se convierte en uno de los pocos testimonios de su existencia; en otros casos, la fotografía aéra documenta las fases de ocupación y degradación de dicho espacio natural.
La laguna de la Janda, en Cádiz
Como se ha señalado, es en el ámbito humano en el que las transformaciones del territorio han sido más importantes, y se han producido sobre todo a partir de mediados del s. XX, por lo que la fotografía aéreas se convierte en una herramienta indispensable para analizar dichas transformaciones.
La mayoría de las ciudades españolas muestran una superposición de estructuras y morfologías urbanas que son el resultado de su larga historia, por lo que en las fotografías aéreas de mediados del s. XX se pueden reconocer prácticamente casi toda su historia urbana pasada. Por otro lado, comparando esas fotografías con las más recientes se observa con gran detalle su evolución reciente, basada en un crecimiento espacial para acoger el excendente de población que abandonó el campo entre los años 50 y 70, así como la aparición de nuevas áreas periurbanas en los años posteriores.
Barrio Actur, Zaragoza
Tres Cantos, Madrid
En las primeras fotografías aéreas se observan un conjunto de espacios industriales de provenientes de la 1ª y de la 2ª Revoluciones Industriales, siendo reconocibles algunas de sus características originales. La evolución de estos espacios también puede seguirse en las fotografías más recientes, ya que algunos desaparecieron, sustituidos por nuevos usos, industriales o no (fig. V.8). De igual manera es posible visualizar los nuevos espacios industriales (por ejemplo, los polígonos, etc.), lo que resulta de gran utilidad para analizar sus estrategias de localización, su morfología, etc.
Astillero Euskalduna, en Bilbao
Junto con las periferias urbanas, los espacios rurales españoles se encuentran entre los más transformados por los cambios socioeconómicos de los últimos decenios. La fotografía aérea testimonia cúal ha sido su evolución y la magnitud de los cambios experimentados. A mediados del s. XX todavía pervivían en España en el campo español elementos heredados del pasado, reforzados en los años 40 y 50 por una política agraria autárquica. La emigración del campo a la ciudad va a despoblar muchas zonas rurales, mientras que en otros lugares van a aparecer nuevos paisajes agrarios, tanto en lo que hace referencia a su morfología (concentración Parcelaria, colonización y Regadío, cultivos bajo plástico, etc.), como a los nuevos usos del suelo (transición desde el policultivo hacia la especialización productiva).
Abandono de cultivos y repoblación forestal en Bescós de Garcipollera, Huesca
Estructura agraria tradicional y modificaciones ligadas al Plan Badajoz
Agricultura intensiva bajo invernadero en el Campo de Dalías, Almería
Durante los siglo XIX y primera mitad del XX, la mayoría de los puertos marítimos tenían unas dimensiones reducidas, orientados a unas tareas específicas (tráfico de cabotaje de carbón, maderas y otras mercancías) que determinaban la naturaleza y dimensiones de las infraestructuras portuarias. Con el desarrollo económico e industrial, los espacios portuarios no sólo aumentaron sus dimensiones para soportar el aumento del tráfico, sino que también debieron adaptar sus infraestructuras para hacer frente a nuevos tipos de tráficos y de infraestructuras asociadas.
El puerto de Algeciras
El modelo económico actual requiere una expansión de aquellas infraestructuras capaces de gestionar un número cada vez mayor de movimientos. En el caso del transporte terrestre, los últimos decenios suponen una ampliación de la red de carreteras, autovías y autopistas, mediante la creación de nuevos trazados. Por su parte, la red ferrocarriles, no ha experimentado la misma expansión en forma de nuevos trazados (excepción hecha de las vías del AVE, que sí están generando profundas transformaciones en el paisaje) sino mediante nuevas infraestructuras de soporte, como las estaciones, todo ello resultado de una profunda transformación del tráfico ferroviario.
Estación de AVE “Camp Tarragona”
La segunda mitad del s. XX asiste a una evolución acelerada de la navegación aérea. Los aeropuertos, la infraestructura básica de este tipo de transporte han proliferado en España, en parte gracias al desarrollo de la actividad turística, que sitúa aeropuertos como los de Palma de Mallorca, Alicante o Málaga, entre los de más tráfico de Europa. Gracias a la fotografía aérea se documenta el tránsito desde los primeros aerodromos hasta los grandes complejos aeroportuarios actuales.
Aeropuerto Son San Joan en Palma de Mallorca”