05/10/2009
Por Pablo Ruiz
El Consejo de Ministros aprobó un nuevo real decreto mediante el cual
se pone freno a la contaminación y el deterioro. Éste supone la
incorporación a la legislación española de la Directiva 2006/188/CE.
En nuestro país, las aguas subterráneas son consideradas como un recurso
natural estratégico. Por ello, su conservación tiene un gran interés por
parte del Gobierno para mantener los ecosistemas acuáticos dependientes
de ellas y abastecer agua potable.
Para la transposición de la directiva al reglamento español se ha
incorporado en su totalidad, además de añadir tres apartados al anexo
cinco donde se ha aumentado el número de productos químicos
contaminantes. Este real decreto ya fue estudiado en el mes de mayo, de
donde salió un borrador de ley, que el pasado viernes fue aprobado
oficialmente.
Objetivos
El principal punto al que se quiere llegar con este decreto es prevenir
o al menos limitar la contaminación de las aguas subterráneas. Además se
quiere establecer una serie de criterios para evaluar su estado químico
ya que España cuenta con más de 700 masas de aguas subterránea.
Criterio de conservación
El principal objetivo del decreto es el establecimiento de un
procedimiento base para evaluar la calidad química de las aguas y
establecer unos valores umbral que no deberán de ser superados. También
se crean una serie de criterios para determinar una tendencia del
aumento de contaminantes y ver cuando empezar con inversiones para
devolver la tendencia al estado natural.
El establecimiento de estos umbrales de contaminación deberán contener
al menos para arsénico, cadmio, plomo, mercurio, amonio, cloruro y
sulfato.
Por otra parte, para realizar la definición de la calidad del agua,
además de la concentración de estos contaminantes, también habría que
medir la conductividad, especialmente en las zonas de unión de agua
salada y la subterránea. Por último, los parámetros para realizar el
seguimiento de las aguas serán esencialmente el nivel de oxígeno
disuelto, pH, conductividad, nitrato y amonio, con una periodicidad
anual por lo menos.