16/07/2009
SABIÑÁNIGO (HUESCA)
El Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón ha adjudicado
el contrato de obras de la última fase para la descontaminación
definitiva del vertedero de Bailín en Sabiñánigo, afectado por la
empresa INQUINOSA, sin actividad desde 1987.
La obra ha sido adjudicada por 13.332.740 euros, financiados por el
Ejecutivo autónomo y el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y
Marino (MARM), a través de un convenio que permitirá invertir para la
descontaminación de toda la zona entre 2008 y 2012 un total de 28,6
millones de euros.
La adjudicación se realiza a través de la Dirección General de Calidad
Ambiental y Cambio Climático, y se ejecutarán con la dirección técnica
de la empresa pública SODEMASA. Los trabajos, que está previsto que
comiencen las próximas semanas, incluyen la construcción de una nueva
celda de máxima seguridad e infraestructuras auxiliares,
desmantelamiento y traslado del antiguo vertedero y restauración
paisajística del entorno.
La empresa que ha resultado adjudicataria para la realización de las
obras ha sido UTE Urbaser S.A.& Marcor Ebro, S&A & Geotecnia Y Cimientos
S.A. para las obras; el servicio de asistencia técnica a la dirección de
las obras ha recaído en Tecnología del Medio Ambiente S.A.; y el
servicio para la coordinación de seguridad y salud ha sido adjudicado a
SGS Tecnos, S.A.
Ante la falta de respuesta efectiva de la empresa causante de la
contaminación, el Gobierno de Aragón ha actuado de forma subsidiaria,
según indicó el Departamento de Medio Ambiente en una nota de prensa.
Con esta actuación, se pretende resolver de manera definitiva la
contaminación del vertedero de Bailín, dentro de la estrategia de
descontaminación integral de todos los terrenos afectados por la
actividad de INQUINOSA, y en los que ya se han invertido más de 12
millones de euros.
TRABAJOS
En una primera etapa se construirán las infraestructuras auxiliares
destinadas a permitir la operación de desmantelamiento, así como un
nuevo vaso de vertedero. Esta celda tendrá una capacidad de 200.000
metros cúbicos y contará el triple de medidas de seguridad que exige la
normativa vigente, así como un diseño de absoluta fiabilidad frente a
cualquier riesgo de filtración y sísmico.
Con esta actuación se pretende evitar el riesgo que produciría dejar
indefinidamente los suelos contaminados en su situación actual, a pesar
de todos los trabajos realizados ya y la inversión acometida.
Además de la celda, se construirá un centro de transferencia de
residuos, que permitirá la clasificación por tipologías de los residuos
procedentes del vertedero antes de depositar en la nueva celda aquellos
que no se trasladen para su tratamiento fuera de Aragón para su
incineración.
La segunda etapa, prevista para el 2010, comprenderá las operaciones de
desmantelamiento del actual vertedero y la gestión de los residuos, el
traslado y depósito en la nueva celda. Los residuos líquidos que puedan
recuperarse no se depositarán en la celda de seguridad sino que serán
entregados a gestor autorizado como se está haciendo hasta la fecha.
La tercera etapa prevista para el año 2011 comprende los trabajos de
sellado del vertedero y la restauración paisajística
En la actualidad, existen 140 piezómetros de control o bombeo en Bailín.
Además, se cuenta con una amplia red de extracción, que incluye sistemas
portátiles. Para la gestión de los residuos líquidos extraídos, se
construyó una planta depuradora con tratamiento físico-químico y de
lodos, cuatro balsas de regulación de lixiviados, además de
infraestructuras complementarias para el estudio y la realización de
frecuentes y constantes analíticas de aguas, que se realizan cada hora.
La empresa Industrias Químicas del Noroeste, S.A. (INQUINOSA) comenzó su
actividad hace más de treinta años, antes de que existiera la
Administración autonómica, y cuando la legislación ambiental que
aplicaba la Administración del Estado no establecía criterios tan
exigentes como los actuales para la correcta gestión de los residuos.
Durante el periodo en el que desarrolló su actividad, desde 1974 hasta
1987, la empresa generó residuos derivados de la fabricación del lindano,
que se depositaron sin un tratamiento específico y adecuado en los
vertederos de residuos urbanos de Sabiñánigo, ubicados en las zonas de
Sardas y Bailín.
Ante la falta de respuesta de la empresa para asumir sus
responsabilidades, requerida para ello judicialmente sin que haya tenido
frutos, ha sido el Gobierno de Aragón el que ha actuado de manera
subsidiaria, con la colaboración financiera de la Administración
Central.