El Camino de Santiago en Bicicleta
Segundo Viaje

Día tercero: La Rioja

Flecha Amarilla Me sorprende encontrar grupos familiares con niños. !Qué valientes, recorriendo esos caminos abrasados por el sol!

Cuando suena el despertador a las 6 de la mañana me levanto y recojo la ropa tendida que había lavado el día anterior y que por la noche se había secado por completo. Me encuentro algo más cansado que ayer. Desayuno y a las 7 comienzo lo que será una larga jornada de pedaleo, atravesando por completo La Rioja. Al sentarme sobre el sillín de la bici noto sus efectos sobre mi anatomía, que irían a peor a partir de ahora.

Da gusto poder pedalear con el fresco de la mañana, y en pocos minutos adelanto a todos los alemanes, que habían madrugado más que yo. Continúo unos kilómetros más por los montes de Navarra, con subidas y bajadas a barrancos por caminos con muchas piedras sueltas y fuertes pendientes. En la primera hora de la etapa recorreré sólo unos escasos 6,5 kilómetros.

Al llegar a La Rioja el terreno cambia por completo. Se hace menos abrupto. Los barrancos se convierten en suaves colinas, y después de cada subida es posible recuperar la energía acumulada simplemente dejando a la bici avanzar sin pedalear. Al llegar a Viana un señor me comenta que el “parte” había dado 6 grados de temperatura menos que ayer, lo cual agradecería mucho.

La entrada y salida de Logroño es bonita, primero con unas amplias vistas de la ciudad desde lo alto del Monte Cantabria, y al salir a través de hermosos parques y una senda de varios kilómetros, por la que pasea mucha gente, y que llega hasta el embalse de la Grajera, una maravilla por su entorno natural. El trazado del Camino en Logroño no destaca, pues pasa por calles de ciudad sin mucho que decir.

Flecha Amarilla El embalse de la Grajera, a unos pocos kilómetros de Logroño, está unido a la ciudad por un agradable paseo

El Camino continúa ahora por caminos agrícolas, sucediéndose innumerables pueblos, y entre ellos campos de trigo y viñas. Sigo encontrando muchos peregrinos a pie, y hoy he empezado por fin a cruzarme con ciclistas. A partir de Nájera pedaleo durante una hora con unos chicos de Pamplona que comenzaron el Camino en Roncesvalles. Van haciendo etapas de unos 50 kilómetros y son muy aficionados a la bicicleta, y en especial a las pruebas de orientación. También encontré un grupo de tres italianos y varios grupos familiares en bici, incluso con niños.

Flecha Amarilla Dos ciclistas pamplonicas me acompañan por los caminos agrícolas de La Rioja

En Santo Domingo de la Calzada dejo atrás a los pamplonicas y continúo solo. Caen algunas gotas y se oye a lo lejos el bramar de una tormenta. Paro a comer en Grañón, último pueblo de La Rioja en el Camino. Después, llego a Castilla. Los pueblos pequeños parecen aquí muy estropeados por el abandono causado por la despoblación rural. El paisaje es similar al de La Rioja, aunque ya no hay vides. Las espigas del trigo se curvan ya por el peso del grano.

Flecha Amarilla Un perro duerme en mitad de la carretera en un pueblo de Castilla. Al pasar, abre un ojo, y después lo cierra y continúa durmiendo. ¡No hay mucho tráfico aquí!

Al llegar a Belorado la tormenta está ya muy cerca y me paro a ver qué dirección toma. Me refugio debajo del toldo de la terraza de un bar justo cuando comienza a diluviar y a granizar. En pocos minutos la calle tiene 20 centímetros de agua. Desafortunadamente el toldo del bar no es impermeable y llueve mucho debajo de él. Eso sí, menos que en la calle. Acabo empapado y decido finalizar anticipadamente la etapa, a las 17 horas. Han sido 95 kilómetros de caminos polvorientos por las lomas y campos de cultivo de La rioja, que no está mal.

Después de la ducha y de poner a secar la ropa llamo a casa para contar las aventuras del día. Noto la soledad de este viaje y por eso me agrada oír las voces familiares de Paula y Ana. Luego me llamarán mis padres, mis hermanos, y mi hijo Miguel, y también dedicaré un rato a compartir con ellos los recuerdos más bonitos de la etapa de hoy. Ha sido una jornada en la que he disfrutado más de la bici, ya que por los barrancos de Navarra, aunque hermosos, era difícil pedalear. De momento, me quedo con la bajada desde Roncesvalles en la primera etapa, y los caminos de La Rioja que he recorrido y disfrutado hoy.


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